Tras una breve explicación del juego, 6 valientes nos dispusimos a encontrar el Libro Negro, propiedad del Gran Nigromante que había iniciado este apocalipsis zombi medieval. Nuestro objetivo era encontrar una llave para entrar a un edficio, que nos daría paso a las criptas, donde debíamos recoger ambos artefactos, y a su vez al edificio central, donde se encontraba el libro negro. Por último, algún héroe debía llegar al nivel más alto de experiencia.

En el reparto de héroes, Alberto seleccionó al guerrero, Esther decidió jugar con la ágil hija del posadero, Jimena era el robusto enano, Marcia encarnaba a nuestra arquera, Isaac no dudó en ser la monja sanguinaria y David se quedó con el hechicero.

Las cosas empezaron bien, ya que la llave que nos permitía entrar a las habitaciones cerradas apareció muy pronto. Pero como Zombicide es así, varios nigromantes seguidos y la temida abominación hicieron presencia para complicarnos, y mucho, la partida. Apoyados en la precisión de la arquera, la sed de sangre de la monja, el potencial avasallador del guerrero armado con un mandoble, nuestra decisión de permanecer unidos y un poco de suerte en la aparición zombi del edificio clave, conseguimos entrar a las criptas y recoger el primero de los artefactos.

Esto último dejó el hechizo Infierno en las manos del mago, lo cual limpió completamente los zombis del edificio central y permitió obtener fácilmente el libro negro y el segundo artefacto. Ya sólo quedaba que uno de nosotros llegara al nivel de experiencia rojo, y esta guinda la puso Marcia, ya armada con una ballesta, haciendo gala de una punteria asombrosa.

Victoria y muy satisfechos todos con el juego.

En otra de las mesas, cayó uno de los juegos de moda, en este caso con 3 novatos en la partida.

Laura seleccionó los gatetes del Marquesado, Iván optó por los pájaros del rancio nido de águilas, Mario 1 repetía con la Alianza dispuesto a diseminar su simpatía y Sara se quedó con el vagabundo solitario.

La partida fluyó con un ritmo aceptable para ser 3 primerizos en un juego tan complejo de comprender como Root. Al final, el vagabundo de Sara se alzó con la victoria, con los gatos de Laura muy cerca, la alianza en tercer lugar y el nido de águilas más descolgado.

La tercera de las mesas que salieron en esa edición de Duermevela sentó a Marga, Blanca y Julia delante del siempre divertido Dice Forge.

Tras una primera partida con algunas lagunas de reglas, las chicas decidieron echar una segunda partida con las dudas más afianzadas.

Dice Forge siempre sorprendente, divertido y muy agradable de jugar.

Cuando terminaron las mesas, nos juntamos los supervivientes alrededor de un juegazo como es Código Secreto, muchos de los jugadores siendo su primer acercamiento al juego, otras ya repitiendo.

Cayeron varias partidas y todos salimos encantados por la sencillez y los matices que ofrece este juego. Siempre un gran candidato con grupos grandes.