Tras explicar brevemente los conceptos básicos del juego, nos dispusimos a vagar por el yermo y sobrevivir lo suficiente para poder encontrar cuál era nuestro objetivo. Iván era una letal asesina, Sara era una ganadera, Óscar un obrero de la construcción y David un portero de discoteca.

Tras un primer día de exploración, la primera noche fue ajetreada y el portero de discoteca empezó a perder el pelo por causa de la radiación. Las fuentes de agua que se descubrieron no tenían agua limpia, por lo que con frecuencia estuvimos obligados a beber agua contaminada.

Tras unos cuantos turnos para pasar la primera etapa y con todos bastante maltrechos, se descubrió nuestro objetivo final, que pasaba por un combate final contra un descomunal enemigo, donde o bien debíamos derrotarlo o aguantar el suficiente número de turnos para poder activar una bomba.

Gracias a la habilidad del portero de discoteca de poder gastar recursos indistintamente en el combate, nuestro enemigo recibió una gran cantidad de heridas en el primer turno de combate. En el segundo turno de combate, el obrero no tuvo tanta suerte y cayó. En ese momento decidimos jugar defensivamente, dejando pasar el tiempo y aguantando las embestidas de nuestro enemigo. Sin embargo, tanto la ganadera como la asesina consiguieron tiradas estratosféricas, que dejaron a nuestro enemigo al borde de ser derrotado.

Decidimos jugarnos el todo por el todo e intentar dar el golpe de gracia con el portero de discoteca. Con la ayuda de sus compañeros abrumando, una tirada decidiría la partida: 8 o más en un dado de 12. Fallo!! No puede ser! Por suerte, los tres podíamos aguantar una única herida más, pero nos quedábamos sin colchón. Buenas tiradas de defensa en las rondas de combate siguientes dejaron de nuevo todo en manos del portero de discoteca, ahora sin una segunda oportunidad. O acertaba con ese 8 o más o todos los supervivientes morirían. Se mascaba la tensión. Todos de pie. La música de Carros de fuego sonaba como fondo para perplejidad de la otra mesa. Un minuto de sonido de dados entre las manos. Dados rodando... un 8!!!! Un grito de júbilo sincronizado escapó de nuestras gargantas, ¡¡el monstruo caía derrotado y ganábamos la partida!!

Un final muy épico para una partida asfixiante, en la que por cierto no descubrimos todo lo que nos ofrecía el escenario, por lo que podría rejugarse sin problema.

Tras el aviso de un incendio, el equipo de bomberos de ludoducto volvió al rescate!! esta vez con dos miembros nuevos. Accedimos al edificio Mario V. bombero con manguera ignífuga, Adrián experto en rescates, Laura la sanitaria, bajo el mando de Elena la jefa de Bomberos.

Como era de esperar, todos trabajamos en equipo para poder con éxito rescatar a las 7 víctimas necesarias para salir victoriosos. Aún así, y justo tras la séptima evacuación, nos dimos cuenta de que los inquilinos de la vivienda, extrañamente tenían en una habitación varios materiales inflamables lo que, junto a unos focos de calor, comenzaron a causar backdraft, flashover y explosiones.

Esto hizo que, desgraciadamente se derrumbara la estructura. Y aunque heroicamente salimos de las ruinas, en el último momento oímos un maullido que provenía del interior. Nada pudo hacerse para salvar al minino...

Los 4 asaltantes nos subimos a un tren lleno de riquezas, cada uno con un único objetivo: ser el asaltante más rico del estado

Tras pasar por el primer túnel todos nos dimos cuenta del juego que iban a dar esos túneles que nos dejarían a ciegas un par de segundos, los justos para desaparecer del vagón, disparar o lo que es peor ser robado por otro de los asaltantes.

Tras 5 rondas todos supimos sacar partido de nuestras habilidades, ya fueran ofensivas como la de Django (Adrián) o defensivas como las de Belle (Laura), escurridizas como las de Ghost (Mario V) o de un aumento de cartas en mano como las de Doc (Elena).

En este trayecto del Union Pacific Express, fue Django quien logró posicionarse en la locomotora y así conseguir acabar el trayecto con más dólares que el resto de los asaltantes y los dos maletines que estaban al cuidado del Marshall!

Mario el hechicero, Adrián el Guerrero, Elena la exploradora y Laura la ladrona... Seguramente el peor grupo de saqueadores que uno puede contratar ya que todos ellos fueron igual de ruines a la hora de la verdad y todos ellos estuvieron continuamente entorpeciendo a los otros a riesgo de no conseguir salir de la mazmorra ni ellos mismos.

Tras muchas jugadas arriesgadas por parte de todos, fue el Guerrero de Adrián quien consiguió salir con más riquezas de la mazmorra y así alzarse con la victoria.

Óscar fue el sheriff en la primera partida de bang!. En la primera ronda lo único que los jugadores tenían claro era que Mario V era uno de los forajidos ya que desde su inicio de turno hizo una notable declaración de intenciones. En el segundo turno Elena prendio la mecha de una dinamita la cual con tan mala surte explosiono en sus manos revelando su carta de forajido. Durante el resto  de turnos nadie dejó muy claras sus intenciones, hasta que en una jugada maestra Ivan consiguió ganarse la confianza del Sheriff y tras retarle a un duelo en el que el Sheriff quedó eliminado, consiguió la Victoria para el bando de los forajidos.

En la segunda partida fue Laura quien lució la placa de sheriff y ya en la primera ronda los forajidos Adrián y Mario V volvieron a dejar clara su posición contra la ley. La eliminación de Ivan no tardó en llegar revelándose como un Renegado y de esta manera surgió una creciente desconfianza de Óscar la supuesta mano derecha del Sheriff, hacia David, esta deconfianza y obsesión se convertiría rápidamente en una oportunidad para los forajidos que ya se habían revelado. La sospecha de Óscar se reveló como cierta y David quedó eliminado como un renegado, pero este desgaste le pasó factura a la ley, pues el bando de forajidos pudo equiparse y de este modo llegó el final para el Sheriff, con un BANG! Procedente del forajido Adrián.